domingo, 21 de octubre de 2007

La familia sale del armario

"La familia tradicional ya no es la de la autoridad y la desigualdad, la del Foro de la Familia". Habla Esther Nolla, madre y abuela de dos nietos, presidenta de la Asociación de Padres y Madres de Gays y Lesbianas. Esther y otras cien personas se han juntado en Santander en el I Encuentro de Familias Homoparentales organizado por la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales. Esas familias eran anatema hasta hace bien poco, las formadas por dos mujeres, dos hombres, y la prole que traigan de sus relaciones, la que adopten y tengan en el futuro.
En el hotel donde se celebra el encuentro hay un montón de niños correteando por todas partes. Juegan con los demás con toda normalidad. Es absurdo decirlo, pero conviene, porque son hijos e hijas de gays y lesbianas, familias que muchos se empeñan aún en marginar. Familias nuevas como la que forman Diana y Ana, ambas de 31 años, que han venido de Palma de Mallorca con Diego, el hijo de una de ellas para enterarse "del papeleo legal de la adopción" de la otra.
Nuevos problemas
Las primeras normas que reconocían la adopción a las parejas del mismo sexo (en Navarra, Aragón, País Vasco y Cataluña) fueron el antecedente del reconocimiento de estas familias. La Ley de matrimonios homosexuales las llevó a la luz pública sin vuelta atrás. Con esos derechos reconocidos, los problemas ahora son otros.Jon (49 años) y Andoni (de 38) viven en un pueblo de Guipúzcoa con su hijo adoptado de 8 años. Aseguran que no tienen ningún problema con otros padres ni con sus familias. Pero Andoni, que es maestro, pide que se acabe en las escuelas con el mito de que un padre y una madre forman la familia ideal. "Los alumnos tienen la referencia heterosexual única y exclusivamente; en los cuentos, en la decoración del aula, en los mensajes que reciben", lamenta.
La mitad de los niños vascos no crecen en familias tradicionales, según un estudio de las universidades del País Vasco y de Cambridge (Reino Unido). A pesar de ello, Andoni cree que "el prejuicio y el miedo de los profesores continúa".
Otro estudio, esta vez de la Universidad de Sevilla y del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, ha demostrado que no existen diferencias entre los hijos de familias tradicionales y nuevas. Ni en su autoestima, ni en su aceptación social. La única diferencia es positiva. Estos niños son más flexibles.



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