lunes, 14 de enero de 2013

Globalización y Derecho



El proceso de globalización hay que advertir que no tiene porque ser ni bueno ni malo, lo malo puede ser la lectura que se haga de ello.

La globalización implica una pluralidad de procesos (económicos, políticos, culturales, sociales,..) Bajo esta diversidad de procesos hay unas relaciones de poder y dominación. Podemos hablar de una globalización desde arriba y de una globalización desde abajo.

La globalización desde arriba es la que se impone, es la que representa los intereses de algunos Estados y desde los “mercados”. Esta globalización atiende a unos intereses muy concretos, las consecuencias de estos pueden proyectar una imagen negativa del conjunto de la globalización. La globalización desde arriba está dominada por una visión economicista. Esto lo explica Vicenç Navarro diciendo que la globalización sería una internacionalización de la economía que favorece a las clases dominantes del Norte y del Sur sobre las clases dominadas del Norte y del Sur.

Es una globalización que pretende imponer la ley del mercado como único instrumento de regulación social. De esta forma todo el aparato jurídico-político debe ir destinado a la apertura de los mercados, a que no haya ningún límite externo al funcionamiento de los mercados, que vayan destinados a establecer condiciones favorables a los intereses de los macroagentes privados. Más en concreto en los sistemas jurídicos nos encontramos normas que avanzan a liberalizar los mercados, favorecen la movilidad de capital, pero no encontramos normas para favorecer las situaciones de desigualdad. Los informes de organizaciones internacionales denuncian estas situaciones de desigualdad entre países y también dentro de los países. Nos encontramos normas que regulan la concentración de capital, que evitan la deslocalización de empresas , que regulan los movimientos financieros, etc.

Otra consecuencia de esta globalización desde arriba es el debilitamiento o pérdida de influencia de los espacios tradicionales de decisión (los Estados). Con la imposición de la lex mercatoria tienen menos poder los Estados en pro de los “mercados”. Esto tiene repercusión en los derechos fundamentales, ya que los estados son los que deben garantizar estos derechos y están debilitados. También se produce una crisis de decisión. Se trata de que se facilite la gobernabilidad, que se marquen políticas que se preocupen realmente por los derechos de las personas.

Como consecuencia de la lex mercatoria tiene lugar un proceso de desjudicialización y de desregulación a nivel local, y esto pone de manifiesto una crisis en el sistema del Derecho.

La globalización desde abajo es la impulsada desde algunas ONG´s; tiene mucho más que ver con el rebajo en red de los foros sociales. Con esta globalización se pretende una sociedad global construida desde el compromiso de los Derechos Humanos, en particular en los derechos económicos, sociales y culturales. Estos derechos son igual de fundamentales que los derechos civiles y políticos porque su objetivo es el mismo: que la persona tenga una vida digna. En la globalización desde abajo es importante que la relación entre los derechos económicos, sociales y culturales y los derechos civiles y políticos sea indivisibles y necesaria, si no hay unos no hay otros.