miércoles, 17 de agosto de 2011

Cañón del Leza

Comenzamos la ruta desde el centro de Soto. Nos dirigimos hacia la Ermita de la Virgen del Cortijo, antes de llegar nos desviamos y tomamos el camino de la Dehesa. Desde aqui podemos ver uno de los meandros más espectaculares del rio Leza. Seguimos caminando 15 minutos y nos encontramos el primer yacimiento de icnitas.

Se observan 53 huellas de dinosaurios con ocho rastros de carnívoros, cuatro rastros de herbívoros que caminaban a dos patas (ornitópodos) y cinco rastros no determinados. Tiene la peculiaridad de que uno de los rastros indica que el dinosaurio se desplazaba a 17km/h, hacíendolo uno de los más rápidos de La Rioja.Caminando entre las terrazas que un día fueron campos de cultivo y de sustento de nuestros antepasados llegamos a dos zonas con Icnitas o huellas de dinosaurio, la primera a 20 min. del inicio y la segunda a 50 min. Este último yacimiento, en el Solano de Peñalamora, se sitúa en un excelente mirador desde donde podemos contemplar el cañón fluvial más espectacular de La Rioja, fruto de la erosión del río Leza sobre las rocas calizas.

A 45 minutos se encuentra el segundo yacimiento de icnicas. El yacimiento de Peñalamora, cuenta con 154 icnitas, pertenecientes a herbívoros que caminaban a cuatro patas (saurópodos), formando la primera manada de este tipo encontrada en La Rioja. Las huellas de patas delanteras tienen forma de media luna sin señales de dedos y las traseras son grandes, redondeadas, huecas y sin señales de dedos.

Dejando las huellas de Peñalamora, a 10 minutos podremos desviarnos por una senda a la izquierda y acceder en un recorrido de unos 20 min. a la Sima del Chorrón. En nuestro caso tomamos el camino direción a la Tejera. 

Entre robles y enebros llegamos, sin dejar el sendero, a las eras de trilla de los corrales de Playerne. Frente a este lugar podemos ver las ruinas de Villanueva de San Prudencio. Adentrados en el quejigar comenzamos a perder altura hasta llegar al cauce del arroyo para remontarlo después hasta que nos encontramos con los restos de un horno Tejera, lugar donde antiguamente se fabricaban las tejas para Soto a base de barro cocido. Comienza aquí la parte mas dura del paseo, ascendemos en dirección Suroeste hasta salir del robledal. Vemos al fondo el collado donde se encuentran los corrales de Zorraquín, allí el ganado sestea y pasa la noche, podemos observar las ruinas de los antiguos corrales.

Comenzamos ahora el descenso en paralelo y por encima del Barranco de los Aidos, por el antiguo camino de "las perdices" por el que iremos a parar de nuevo a Soto.



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