martes, 16 de diciembre de 2014

Ecologistas en Acción alerta de los riesgos para las poblaciones aguas abajo de las presas de Enciso y Terroba

El Congreso estatal de Ecologistas en Acción, celebrado en Estella del 5 al 8 de diciembre, ha aprobado una resolución de que denuncia que el llenado de los embalses de Enciso y Terroba (Valles del Cidacos y del Leza, La Rioja), todavía en construcción, supondrá riesgos inadmisibles para las poblaciones situadas aguas abajo de los mismos, tanto por la alta probabilidad de producirse deslizamientos de ladera en el entorno de los vasos, como por la sismicidad inducida que conllevarán.
Ecologistas en Acción se opuso en su momento a la construcción de los embalses de Enciso (Alto Cidacos) y de Terroba (Medio Leza), ambos en la Comunidad Autónoma de La Rioja, y presentó alegaciones durante la fase de Información Pública de sus Estudios de Impacto Ambiental, por entender que no estaba justificada su construcción, porque originaban importantes deterioros ambientales en los entornos de sus emplazamientos y porque suponían riesgos inadmisibles para las localidades situadas aguas abajo de los mismos, tanto por la sismicidad inducida que conllevarían como por la posibilidad de desencadenar deslizamientos de ladera en los laterales de los vasos.
Ambos embalses se encuentran (desde el punto de vista geológico) en la Cuenca de Cameros, una cuenca cretácica conocida por la abundancia de icnitas de dinosaurios y compuesta por una potente serie de areniscas, calizas y arcillas, que se desplazó hacia el N durante las sucesivas fases de la Orogenia Alpina a favor de un importante cabalgamiento (falla subhorizontal), situado a unos 5 km de profundidad en gran parte de su recorrido, que tiene actividad reciente que se manifiesta por la proliferación de manantiales termales (desde Torrecilla hasta Fitero) y por terremotos históricos: Arnedillo (1817), Turruncún (1923) e Inestrillas (1961).
La sismicidad inducida es el fenómeno por el cual la presión del agua acumulada en un embalse es capaz de generar movimientos en fallas profundas, capaces de producir terremotos. No cabe ninguna duda que el llenado del embalse de Enciso, una vez acabado, acentuará la actividad sísmica en el entorno.
El riesgo de deslizamientos a favor de las superficies de estratificación (se trata de series con estratos de importante espesor de materiales duros, calizas y areniscas, separados por finos niveles de arcillas, que actúan cuando están empapadas como nivel de despegue, a modo de lubricante) es muy importante, ya que tanto en el caso de Enciso como en el de Terroba los buzamientos (pendiente de los estratos) son importantes. Existen deslizamientos notables, tanto aguas abajo de la presa de Enciso como debajo de la de Terroba, más cerca de Soto en Cameros ("Los hundimientos"). Además, durante la construcción de la variante de la carretera de Enciso a Yanguas, ya se produjo un deslizamiento, que paralizó las obras; y durante la construcción del embalse de Terroba se desencadenó un movimiento parcial de ladera.
La existencia de deslizamientos en los entornos de ambos embalses, en construcción, denota la poca atención que se presta a los indicios geológicos y que los estudios geológicos previos que se realizan antes de acometer este tipo de proyectos son considerados por las autoridades un mero trámite y no verdaderos informes vinculantes.
En conclusión, para Ecologistas en Acción, los embalses de Enciso y Terroba son construcciones que comportan un riesgo muy alto para las poblaciones e instalaciones turísticas situadas aguas abajo de las mismas. Tanto la sismicidad inducida como los movimientos de ladera son fenómenos con alta probabilidad de producirse, que se agravarán conforme aumente el grado de alteración de las rocas que constituyen los vasos y las cerradas.

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